Una de las razones de la consolidación de las plataformas digitales como parte principal del mix de marketing es la capacidad de medir todo de forma fácil y en tiempo real. Pero el acceso a la data no tiene relevancia si no tenemos la capacidad de accionarla para generar valor; para conseguir objetivos. Es así como surge una nueva disciplina, propia del auge de la transformación digital y que plantea utilizar habilidades técnicas, pero también creativas para conseguir crecimiento de KPIs de forma acelerada: el growth hacking.
Qué es Growth Hacking
Quizás el auge de las consultoras en el mundo creativo, o “cagencies”, se debe a que hoy la creatividad ha desbordado a otras dimensiones de los servicios relacionados al marketing o la comunicación, donde irremediablemente, y positivamente, se mezcla con el uso de datos y se desarrolla en función de resultados.
Aún así, mi postulado es que no deja de ser creatividad, una distinta y más compleja, sí, pero nadie puede negar que inventar técnicas para mejorar resultados es un ejercicio evidentemente creativo. Sin duda una que además considera pensamiento estratégico y conocimiento técnico de plataformas digitales, y todo lo que se puede llegar a hacer con ellas. Es por eso que este nuevo contexto desarrolla el perfil de lo que podríamos llamar el creativo o creativa de la nueva era digital: el “growth hacker”.
El principal foco del growth hacker es el crecimiento escalable del negocio, y para esto debe olvidar las reglas tradicionales del marketing y concentrarse en una pieza, dimensión, o parte de un proceso o resultado, que sea fundamental para el negocio, con la particularidad de que ésta debe ser medible fácilmente. En el proceso debe experimentar y básicamente jugar con una configuración lateral del pensamiento, muy parecido a como se desarrolla la creatividad “más tradicional” o común en el mundo publicitario (al menos).
Además, debemos considerar que al ser el growth hacking una técnica más bien reciente, las reglas no están escritas o aún no terminan de serlo, por ende es fundamental estar abierto a adoptar o desarrollar nuevas ideas, o sea de nuevo, poner la creatividad en función del crecimiento y la obtención de nuevos y mejores resultados.
La clave es aprender a escuchar y comprender la tecnología, el modelo de negocio y el comportamiento de los usuarios, mezclando acciones innovadoras y de bajo costo, permitiendo descomprimir problemas en micro-problemas, que ayuden a identificar variables que al manejarse podrían entregar resultados distintos a los que se consiguen en un pensamiento lineal.
Esta infinidad de posibilidades, que deben ser evaluadas por el growth hacker, está muy vinculada a la “hipertextualidad”, que ha sido tendencia en el último tiempo cuando hablamos de creatividad digital. De hecho algunos autores plantean que “la hipertextualidad es la esencia misma del proceso creativo”.
La forma de acceder a varias fuentes de información o datos, mezclarlos y traducirlos en técnicas para obtener resultados inéditos, sin seguir las pautas lógicas utilizadas normalmente, es justamente lo que define al growth hacker como el nuevo creativo/a , ya que es quien hoy debe tener ideas en un contexto hiperconectado, hipertecnológico e hipertextual. Es el encargado de poner la creatividad al servicio del crecimiento.
